
Te ibas de casar, te creaste tu boda ideal. Todo era tu felicidad y un pequeño detalle te fascinaba. Lo creías el hombre de tu vida, el hombre de tus sueños, el único hombre de tu vida. Llorabas de la emoción, de creer que tu sueño se hacia realidad. Tu hermoso vestido blanco se distinguía entre la multitud, y eso te maravillaba.
Llegaste a la iglesia en punto, tal como decía tu viejo reloj que siempre traído suerte en cada momento de tu vida. Tu padre, estaba a tu lado más nervioso que vos, mirándote y recordando cuando eras una pequeña niña soñando con tu futuro. Él te beso tu mejilla y te susurro al oído “Tus sueños se te cumplieron y hoy dejas de ser esa nena que vi jugar con su muñeca alguna vez para convertirte en una gran mujer” y esa frase produció una lagrima en tu mejilla. Lo miraste y el comprendió tu mirada y juntos bajaron de la mano.
Estaban juntos en la puerta de la iglesia se cruzaron los brazos y avisaron a la organizadora que ya estaban, sentías mariposas en la panza y suspiraste. Se abrieron las puertas y empezaste a dar pequeños pasos, ahí estaban todos, mucha gente para tu gusto pero no te importo, solo lo mirabas a él, el hombre de tu vida. Caminaste y ese trayecto te pareció largísimo, y lo viste a él con su trajecito negro y su moño negro también.
Llego el momento del “si, acepto”, se miraron y sonrieron. Notaste una mirada extraña en él, pero te despreocupaste. Termino la boda todos estaban contentos, especialmente vos. Fiesta no querías, te subiste al auto y te fuiste al departamento con tu esposo.
En todo el trayecto lo notaste extraño, demasiado extraño, muy silencioso y no con la mejor cara pero no fue tu preocupación. Llegaron, abriste la puerta y el te dijo “ tenemos que hablar” , se te paro unos segundos el corazón y solamente asentiste.
Te sacaste tu hermoso vestido y te pusiste tu camisón, te estabas por acostar y él te dijo, estoy confundido, ahí te tildaste, no reaccionabas, sentías dolor y furia, no sabias si revolearle un jarrón para que le duela físicamente o tú anillo para que le duela sentimentalmente.
Decisidiste hacer lo mas fácil, lo miraste, te levantaste de tu cama, abriste tu ropero , sacaste tu bolso y metiste lo primero que encontraste y te fuiste para la puerta mientras llorabas , el te seguía pero vos lo ignorabas, te causaba tanta rabia , que varias lagrimas corrían por tus mejillas y esas gotas provocaban muchísima mas rabia,¿ como puede ser que el hombre que creías de tu vida te viene a decir que estaba confundido?.
Saliste de tu departamento y te condujiste al estacionamiento, no podías parar de llorar, recibías 800 llamadas de él a cada segundo que pasaba y cada segundo lo ignorabas. Te sentías mal porque sabias que esa confusión sabias que venias desde antes , mucho antes. Manejaste a grandes velocidades y te frenaste en una plaza. Te sentaste en un banquito y te pusiste a llorar, llorabas y llorabas, no te fijabas que hora era, tu celular había colapsado de mensaje, y viste un rayo de luz que ilumino tu cara.
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Te ibas de casar, te creaste tu boda ideal. Todo era tu felicidad y un pequeño detalle te fascinaba. Lo creías el hombre de tu vida, el hombre de tus sueños, el único hombre de tu vida. Llorabas de la emoción, de creer que tu sueño se hacia realidad. Tu hermoso vestido blanco se distinguía entre la multitud, y eso te maravillaba.
Te subiste al auto junto a tu padre y algo sucedió, un auto venia rápido y todo cambio. Caíste en un sueño profundo, que te era imposible despertar, llena de cables por todo tu cuerpo, y unas flores a tu lado.
Tres meses pasaron, y tus ojos verdes no se abrían, todos lloraban y lloraban, vos solo escuchabas, llantos y más llantos.
Un día algo sucedió, empezaste a abrir tus ojos lentamente y encontraste ahí, mirándote firmemente y con una sonrisa de oreja a oreja, el hombre de tus sueños.
Llegaste a la iglesia en punto, tal como decía tu viejo reloj que siempre traído suerte en cada momento de tu vida. Tu padre, estaba a tu lado más nervioso que vos, mirándote y recordando cuando eras una pequeña niña soñando con tu futuro. Él te beso tu mejilla y te susurro al oído “Tus sueños se te cumplieron y hoy dejas de ser esa nena que vi jugar con su muñeca alguna vez para convertirte en una gran mujer” y esa frase produció una lagrima en tu mejilla. Lo miraste y el comprendió tu mirada y juntos bajaron de la mano.
Estaban juntos en la puerta de la iglesia se cruzaron los brazos y avisaron a la organizadora que ya estaban, sentías mariposas en la panza y suspiraste. Se abrieron las puertas y empezaste a dar pequeños pasos, ahí estaban todos, mucha gente para tu gusto pero no te importo, solo lo mirabas a él, el hombre de tu vida. Caminaste y ese trayecto te pareció largísimo, y lo viste a él con su trajecito negro y su moño negro también.
Llego el momento del “si, acepto”, se miraron y sonrieron. Notaste una mirada extraña en él, pero te despreocupaste. Termino la boda todos estaban contentos, especialmente vos. Fiesta no querías, te subiste al auto y te fuiste al departamento con tu esposo.
En todo el trayecto lo notaste extraño, demasiado extraño, muy silencioso y no con la mejor cara pero no fue tu preocupación. Llegaron, abriste la puerta y el te dijo “ tenemos que hablar” , se te paro unos segundos el corazón y solamente asentiste.
Te sacaste tu hermoso vestido y te pusiste tu camisón, te estabas por acostar y él te dijo, estoy confundido, ahí te tildaste, no reaccionabas, sentías dolor y furia, no sabias si revolearle un jarrón para que le duela físicamente o tú anillo para que le duela sentimentalmente.
Decisidiste hacer lo mas fácil, lo miraste, te levantaste de tu cama, abriste tu ropero , sacaste tu bolso y metiste lo primero que encontraste y te fuiste para la puerta mientras llorabas , el te seguía pero vos lo ignorabas, te causaba tanta rabia , que varias lagrimas corrían por tus mejillas y esas gotas provocaban muchísima mas rabia,¿ como puede ser que el hombre que creías de tu vida te viene a decir que estaba confundido?.
Saliste de tu departamento y te condujiste al estacionamiento, no podías parar de llorar, recibías 800 llamadas de él a cada segundo que pasaba y cada segundo lo ignorabas. Te sentías mal porque sabias que esa confusión sabias que venias desde antes , mucho antes. Manejaste a grandes velocidades y te frenaste en una plaza. Te sentaste en un banquito y te pusiste a llorar, llorabas y llorabas, no te fijabas que hora era, tu celular había colapsado de mensaje, y viste un rayo de luz que ilumino tu cara.
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Te ibas de casar, te creaste tu boda ideal. Todo era tu felicidad y un pequeño detalle te fascinaba. Lo creías el hombre de tu vida, el hombre de tus sueños, el único hombre de tu vida. Llorabas de la emoción, de creer que tu sueño se hacia realidad. Tu hermoso vestido blanco se distinguía entre la multitud, y eso te maravillaba.
Te subiste al auto junto a tu padre y algo sucedió, un auto venia rápido y todo cambio. Caíste en un sueño profundo, que te era imposible despertar, llena de cables por todo tu cuerpo, y unas flores a tu lado.
Tres meses pasaron, y tus ojos verdes no se abrían, todos lloraban y lloraban, vos solo escuchabas, llantos y más llantos.
Un día algo sucedió, empezaste a abrir tus ojos lentamente y encontraste ahí, mirándote firmemente y con una sonrisa de oreja a oreja, el hombre de tus sueños.